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Cali vivió este jueves 22 de septiembre un día distinto, alejado del ruido y la contaminación de los motores, en el que la bicicleta fue el principal vehículo para trasladar a miles de residentes y habitantes de municipios vecinos.

La medida del Día sin Carro y Moto, implementada por la Alcaldía Distrital, encontró una gran respuesta entre quienes sacaron el ‘caballito de acero’ para ir a sus puestos de trabajo. Por ello, personal de las secretarías de Deporte y Movilidad tuvieron una jornada pedagógica para concientizar a quienes utilizan las ciclorrutas sin las debidas medidas de seguridad. Y quienes llevaban todos los implementos recibieron como premio una medalla.

El corredor verde de la carrera 8, entre la calle 62 con 44, se convirtió en el circuito y paso preferido de muchas personas para ir del oriente hacia el centro de la ciudad.

Desde la dependencia de Deporte y la Recreación se aportaron monitores del programa Rutas de Vida, quienes constantemente expresaban mensajes a los ciclistas de esperar hasta que el semáforo cambiara a verde, de la necesidad de utilizar todas las medidas de seguridad como casco, zapatos que se adapten a los pedales y luces en la noche.

De igual forma, representantes de la Secretaría de Movilidad estuvieron atentos a explicar las señales de tránsito y con campañas visuales en el cambio de los semáforos.

Carlos Diago, secretario del Deporte y la Recreación, afirmó que “el Día sin Carro y Moto tuvo dos objetivos: Primero, el medio ambiente, lo mismo que generar hábitos de la práctica del deporte y la actividad física, ya que también contribuyen a la salud mental. Muy importante esta iniciativa de seguir fomentando el uso de bicicletas, patines o patinetas. De igual forma, se aprovechó para llenar los espacios de los vehículos, algunos caminando o corriendo en compañía de la familia”.

Otro concepto positivo lo emitió Jorge Iván López: “Es bueno para desintoxicar el ambiente, normalmente ando en moto, pero el día estuvo muy bueno, la gente muy juiciosa.

En tanto Rosevelio Villegas Domínguez, de 83 años de edad, habitante del barrio Las Ceibas y quien aparte de la cicla estuvo en las máquinas biosaludables, afirmó que “se incrementó muchísimo la gente en bicicleta y a pie, el ambiente estuvo muy bueno, hay gente que necesita movilizarse en su carro, pero hoy estuvo esto increíble. En mi caso siempre sido juicioso con las normas, las aplico y se las infundo a mis hijos, sé que la gente va a aceptar estas decisiones”.

Por su parte, Jorge Ramos, de 52 años, sostuvo que “si uno no se protege, en la casa a uno lo esperan, siempre practico el ciclismo, vengo desde Villagorgona. Estas jornadas deberían ser más seguidas, sacar totalmente los vehículos para que el planeta pueda respirar mejor, se necesita. En los tiempos de pandemia se sentía aire fresco”.