Este 3 de marzo, el Día Mundial de la Vida Silvestre se conmemora bajo el lema: «Recuperar a las especies claves para la restauración de los ecosistemas» con el fin de crear conciencia sobre el estado de las que se encuentran en peligro de desaparecer y resaltar los esfuerzos de conservación que se adelantan en todo el planeta.
La vida silvestre se refiere a todos los vegetales, animales, hongos y demás organismos no domesticados, que habitan un lugar sin haber sido introducidos por los seres humanos. ?Entre las muchas causas de la extinción de la vida silvestre se encuentra la destrucción o fragmentación de los hábitats que pueden ser desde desiertos, bosques tropicales e incluso ciudades más desarrolladas, en todos los espacios del planeta existen distintas formas de vida silvestre. Aunque comúnmente vida silvestre se asocia a animales que no han tenido contacto con la presencia humana.
Las especies de vida silvestre contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del bienestar humano y el desarrollo sostenible.
El proceso de urbanización acelerado de Cali, principalmente en el sur, ha traído como consecuencia el desplazamiento de especies de animales silvestres como zarigüeyas, zorros cañeros e iguanas que empiezan a buscar su alimento en zonas pobladas como unidades residenciales y condominios, llegando a presentarse atropellamientos en vías transitadas por vehículos, ataques por parte de vecinos que por desconocimiento los ven como una amenaza o por mascotas como perros y gatos.
Este fenómeno de movilización de fauna silvestre en áreas pobladas y espacios públicos, además del tráfico ilegal, ha exigido al Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, fortalecer a sus equipos operativos y al hogar de paso a donde han llegado, solo en lo que va corrido de este año, 390 animales.
Y en cuanto a la flora silvestre, el Dagma ha necesitado unir esfuerzos junto a la Policía Nacional para intensificar los operativos y atacar el tráfico de madera ilegal, que llega principalmente de Buenaventura y que afecta a especies de nuestro bosque nativo. En ese sentido se sanciona la transformación, comercialización y movilización de productos y subproductos de la flora silvestre lo cual incluye a sectores económicos como los viveros, floristerías, mueblerías, artesanías, proveedores de materia procesada y no procesada como madera y aglomerados.
Por eso desde el Dagma se invita a los ciudadanos a preservar y respetar los espacios habitados por la fauna silvestre, a convivir en armonía con estas especies y sus entornos, a documentarse y si queremos apreciarlos, a visitar sus ecosistemas con prudencia y acatando las recomendaciones de los expertos.