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Salta, se mueve con dificultad -pero con ligereza- de un lado a otro, se frota las manos y cuenta los días que faltan para que empiecen las competencias en los I Juegos Panamericanos Junior Cali 2021.

“Juepucha… esto ya va a empezar”, dice con un lenguaje enredado, que aunque se entiende, se confunde porque viene acompañado de una risa nerviosa a punto de convertirse en hipo.

Él es Julián Montesdeoca Centeno, un joven caleño que nació con parálisis cerebral, una discapacidad que no le impide desarrollar sus actividades cotidianas, por lo que en la actualidad es uno de los 3.000 voluntarios que esperan ansiosos a los 3.800 deportistas de 41 países, quienes entre el 25 de noviembre y el 5 de diciembre se disputarán el oro, la plata y el bronce en 39 disciplinas.

“Es la primera vez que participo. Me inscribí en la página web y siempre tuve la esperanza de que me iban a seleccionar, porque toda mi vida he tenido vocación de servicio, me gusta compartir con la gente, aportar mis conocimientos y demostrar que juntos podemos lograr grandes cosas”, dice Julián.

Cuando hace referencia a “aportar mis conocimientos”, se refiere a su profesión de realizador audiovisual, carrera que estudió en la Academia de Dibujo Profesional de Cali, con la que ha incursionado en el mundo del celuloide con tanta fuerza, que está concursando con una producción propia en el Festival de Cine con la ilusión de quedar nominado.

Además, adelantó estudios de teatro y dramatugia para demostrar que pese a su reducida motricidad física y dificultad para hablar con claridad, es posible llegar a cualquier público con mensajes claros de solidaridad, respeto y comprensión; los cuales aplicará con los deportistas y las delegaciones que le asignen como anfitrión de estas justas.

“Envío un saludo a todos y cada uno de los deportistas y sus familias, a entrenadores, delegados, técnicos, jueces y aquellos que tengan que ver con estas competencias. Los invito a disfrutar de nuestra alegría y nuestra escencia, porque Cali es la ciudad deportiva de América y una vez más lo vamos a demostrar”, dice Julián mientras trata de dibujar un corazón con sus manos, en medio de una risa que esta vez sí terminó en hipo.