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En un encuentro de formación virtual sobre baja visión participaron los rectores y más de 60 profesionales de apoyo de las 92 Instituciones Educativas Oficiales, IEO, de Cali a fin de fortalecer su capacitación y cualificación para ofrecer más y mejores oportunidades de atención a la población con discapacidad en el sistema educativo.

Durante dos jornadas, la Secretaría de Educación en coordinación con el Ministerio de Educación Nacional, MEN, y el Centro de Rehabilitación de Adultos Ciegos, CRAC, orientaron el taller para fortalecer las competencias de los profesionales en cumplimiento de la política de inclusión.

“Se solicitó a cada participante contar con unos materiales como gafas de lente transparente, papel negro, rollo de cinta gruesa, lapiceros, cuaderno, regla, hojas blancas, tijeras, lámpara, revistas y cartulina negra, entre otros, a fin de construir los insumos pertinentes para el proceso de aprendizaje que abordó las patologías más frecuentes dentro de la baja visión, además de la detección temprana de alteraciones de las personas con discapacidad visual” señaló Laura Barajas, líder de Discapacidad, Capacidad y Talentos Excepcionales del organismo distrital.

Algunos de los conceptos fundamentales explicados fueron:

Ausencia de discapacidad visual, término asociado a las personas que presentan normalidad anatómica y funcional del ojo, con agudeza visual de 20/20 a 20/50; por lo tanto, pueden desarrollar actividades como leer, escribir, caminar, actividades de la vida doméstica, educación, trabajo, empleo y actividades de ocio.

Discapacidad visual moderada y grave se refiere a una patología visual binocular, con agudeza visual en el mejor ojo de 20/60 a 20/400 y/o campo visual menor a 20 grados después de adaptarle una corrección óptica como gafas o de una intervención quirúrgica.

Ceguera es la discapacidad sensorial de una persona que presenta una agudeza visual inferior a 20/400 y campo visual menor a 10 grados.

Sensibilizar a los compañeros frente a la condición visual del estudiante con baja visión, exigir respeto para el alumno que tiene dicha patología, mantener una comunicación efectiva con la familia con respecto a la situación visual del menor, su pronóstico, ayudas ópticas como lupa, microscopio o herramientas no ópticas como grafías, postura del docente, atril o contraste de letras, además de reforzar un proceso de motivación que genere confianza, seguridad e independencia con el estudiante son estrategias de inclusión que se pueden implementar dentro de los ambientes escolares.

Descargue la cartilla entregada al personal capacitado a fin de conocer más sobre la baja visión y replicar los aprendizajes en espacios académicos, barriales, sociales, culturales, entre otros, promoviendo prácticas inclusivas para la población con discapacidad.