Seleccionar página

Cinco días festejando la palabra con recitales, talleres, libros e invitados nacionales e internacionales dieron un nuevo sentido al Festival Internacional de Poesía que cierra su programación este sábado 4 de septiembre.

Con una ceremonia de armonización en donde se hizo una ofrenda con los símbolos de un país multicultural, el colectivo Memorias Originarias Musku, ambientó su poesía en medio de sus sonidos ancestrales:

“Venimos aquí tejiendo palabra viva que para nosotros es la escritura que se lleva el viento. Alzamos las voces por aquellos quienes luchan por sobrevivir. Tejemos escritura sin lápices, en cambio con hilos, lanas y fibras vivas heredadas desde milenios. Hacemos minga de palabra para reivindicar nuestra memoria colectiva y contar la historia desde nuestras voces. Soñamos y no paramos de soñar con sonidos y sentidos que entienden y responden los territorios. Porque los mismos recuerdan la palabra de los hijos que hemos sembrado. Nuestras lenguas están vivas y la tierra las entienden”

Este colectivo llegó desde Bogotá integrado por representantes de varios pueblos indígenas como los Misak, Inga, Tikuna, Muiska y arhuaco. Esta delegación hace poesía en su lengua materna, cada uno desde los diferentes conocimientos de sus pueblos y su música.

“Integramos nuestro conocimiento mezclando la poesía y la música para interpretar sonidos de naturaleza y la memoria original” explica Andrés Tizoy, integrante de Memorias Originarias Muksu

Este sábado termina este festival promovido por la secretaría de cultura de Cali  donde los caleños han disfrutado de poetas internacionales y diferentes experiencias para vivir la emoción de la palabra.

Karolina Urbano, directora de Ojo de Poeta, nos recomendó entre todos los libros que ofreció del stand de poetas a Alejandra Lerma del libro “No habitar ya la tierra”. “Es un libro que la autora escribe después que su padre fallece y nos ayuda a entender la muerte a través de la palabra. Un libro muy útil en estos tiempos de pandemia”