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Informe especial

Hoy (07-08-2021) se cumplen 65 años de una explosión que dividió la historia de Santiago de Cali en dos y desde la Secretaría Distrital de Cultura, hacemos remembranza de los hechos que significaron el florecer de las artes y la cultura en la ‘Sucursal del Cielo’…

Cuenta la historia de la caleñidad que la Feria de Cali nació con el propósito de reponer el entusiasmo de la gente después de una tragedia; la explosión ocurrida el 7 de agosto de 1956. Antes de esto, se realizaba cada año un desfile de carnaval y la fiesta en la plaza con carrozas y artistas.

Los caleños, luego de vivir el luto, de recoger los escombros y de sepultar a los muertos, fueron capaces de salir adelante, buscamos una alternativa festiva. Un año después, en 1957, surge un evento para disipar la tristeza que embargaba a la ciudadanía de la época, dándole un respiro de vida a la ciudad. Es en este preciso momento donde se da apertura a la ‘Feria de la Caña de Azúcar’ y la ciudad de los siete ríos inicia un camino hacia el desarrollo de sus potenciales culturales.

“Pero esto no es más que la muestra de lo pujantes y emprendedores que son los caleños. Los inicios de la feria se remontan a 1957, un año después de la gran tragedia donde siete camiones llegados del puerto de Buenaventura, los cuales contenían explosivos para labores del Ejército Nacional, explotan en el sector de la calle 25, dejando como saldo miles de fallecidos y daños en varias cuadras a la redonda”, indicó Ronald Mayorga Sánchez, secretario de Cultura de Cali.

En ese entonces se le dio el nombre de ‘Feria de la Caña’ en honor a este pasto de grueso calibre que pertenece a la familia de las gramíneas, concretamente al género Saccharum, de donde sale la miel de caña, el alcohol y el bagazo que movilizan la economía de la región y es insigne de la dulzura propia de los caleños. Además, porque este era el principal cultivo de la región, y que sigue siendo la reina de la planicie vallecaucana.

Fueron 40 días con sus noches lo que duró la primera versión de este festejo, bajo el auspicio y gestión de los políticos, empresarios y periodistas más prestigiosos de la comarca, este desarrollo cultural contó con eventos públicos y abiertos en parques, casetas y vías con presentaciones artísticas, desfile de carrozas, carreras equinas, festival de orquestas, cabalgata y reinado popular. También, eventos privados desarrollados en hoteles y clubes para la elite caleña.

De este magno evento participaron personalidades de la farándula concentrada en la capital del país, además de políticos y taurinos que se vieron interesados en este renacer con aires de pandebono y lulada. Todo esto dejaba florecer el mayor esplendor de la idiosincrasia vallecaucana congregada en su capital, que resurgió de las cenizas.

La Cali de hoy es distinta, luego de 65 años trascurridos después de la explosión del 7 de agosto y 64 años del primer asomo de festejo, la capital vallecaucana cuenta con los frutos de la Feria de la Caña de 1957, representados en procesos culturales y consolidados en festivales de danzas folclóricas, teatro, cine, música del Pacífico, salsa, poesía y la actual Feria de Cali que se realiza en diciembre. Asimismo, otras manifestaciones culturales que se arraigaron, se conservan y se busca desde la Secretaría Distrital de Cultura, que no desaparezcan”, concluyó Mayorga Sánchez.