. Juliana Lozada es la cuota caleña en esta disciplina, para los próximos Juegos Panamericanos Junior Cali 2021, que se realizarán en la Sultana del Valle del 25 de noviembre al 5 de diciembre.
Juliana es de pocas palabras. Frases cortas pero contundentes. Dice lo necesario, como midiendo el tiempo para poder continuar con su pasión: el entrenamiento de su deporte. Y es que la tiene clarísima: “no sé exactamente qué quiero estudiar, pero con seguridad será algo relacionado con el deporte. Mi meta es estudiar becada en los Estados Unidos, donde me permitan alternar los estudios con el tenis de mesa”, afirma.
Su madre, Francy Elena, lleva la misma cantidad de entrenamientos que Juliana, o quizás más. Es como su chaperona y está atenta a todo lo que ella necesite. Que si los tenis, que si la raqueta, que si la lleva, la trae y hasta le hace barra. Sufrió mucho cuando “su niña” hizo su primer viaje al exterior en un campeonato. Ese desprendimiento, aún le cuesta, pero sabe que la madurez y determinación de Juli, son iguales a los deseos de ella por ver triunfar a su hija a lo largo de su vida. Ya Europa y Sur América están chuleadas en la lista de los logros de Juliana.
Esta es temporada de entrenar a doble jornada, porque los Juegos Panamericanos Junior están a la vuelta de la esquina. Sí, Juli se ha perdido muchas rumbas, muchas celebraciones familiares y paseos, pero es el precio que sabe que debe pagar si quiere ser líder en un deporte que exige agilidad y mucha concentración.
¿Cuál es el mejor consejo que usted como madre le puede hacer a Juliana? – le pregunto a Francy Elena-. “Primero que haga las cosas con humildad, que le entregue todo a Dios y se goce lo que está haciendo; que sea feliz”, responde mientras mira a Juliana a la cara como para que nunca lo olvide. Parte de su consejo ya está logrado. No hay sino que ver a esta pequeña espigada de cabello azabache y largo, “volear” esa raqueta a unas velocidades que ni el ojo la retiene. No hay sino que ver su sonrisa cada que le gana el set a su compañero de entrenamiento y escucharla hablar de su deporte ¡contagia!
Juliana termina sus estiramientos sin dejar de vista su raqueta. Aparte del valor sentimental que le une a ella, la cuida porque cuesta y bastante: más, mucho más que un par de tenis de marca. Además, está hecha a su medida y es su compañera inseparable.