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Primero fue el guayacán con sus flores rosadas y amarillas y ahora llega el turno del gualanday o jacaranda que por cientos embellecen calles, zonas verdes y separadores viales con hermosos ramilletes lilas y azules. A esta especie que florece en verano, se le atribuyen propiedades curativas como depurador de la sangre e incluso para enfermedades por contacto sexual, en bebida alivia el dolor de garganta, evita la aparición de granos en la piel, calma dolores de huesos y cura úlceras.

Agosto es conocido como el mes de los vientos y las cometas y también como el del desprendimiento de flores que tapizan los andenes caleños e invitan a contemplar y tomar muchas fotos. Esta bella temporada de florecimiento en Cali es comparable con la de los cerezos japoneses donados por Tokio a Washington y que señalan la llegada de la primavera.

La floración del gualanday dura hasta 1 mes, pero debido a la calidad de su madera se ha puesto en peligro por la tala indiscriminada, en bosques a lo largo de todo el continente. Sus frutos, que tienen sabor a nueces, atraen a las guacamayas y loros.

Por su follaje, floración y silueta, los gualanday son una especie muy apetecida para ornamentación, sin embargo, debido al radio de extensión de sus raíces, aproximado de 4 metros, debe limitarse su uso a zonas que llenen este requisito. Igualmente, se recomienda una distancia de siembra entre árboles, no menor de 8 metros.

Además del privilegio de disfrutar de entornos hermosos que promueven la interacción con la naturaleza y la paz del espíritu, los arboles urbanos contribuyen a regular la temperatura, producir oxígeno y eliminar dióxido de carbono.