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  • Un proyecto escolar de la Institución Educativa Oficial (IEO) Cristóbal Colón integra el aprendizaje práctico de diversas áreas del conocimiento a la vez que promueve una conciencia sobre sostenibilidad y ciudadanía activa.
  • Cuatro docentes de básica secundaria lideran la experiencia pedagógica orientada a estudiantes de grados noveno y décimo.

 

Santiago de Cali, 21 de octubre de 2024

Huerta Escolar y Compostaje es el nombre del proyecto que los docentes Ludick Keil Asprilla, Fulton Israel Perea, Robinson Zabala y Roger Pérez Bernal conjuntamente a estudiantes de los grados noveno y décimo de la Institución Etnoeducativa Cristóbal Colón, de la comuna 16 de Cali, impulsan mediante la integración de conocimientos en biología, química, lengua castellana y emprendimiento favoreciendo a su vez habilidades sobre el trabajo en equipo y la resolución de problemas.

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Esta experiencia pedagógica se propone reducir la cantidad de residuos orgánicos generados en la escuela mediante el compostaje, asimismo mejorar la calidad del suelo donde se siembra la huerta escolar y promover prácticas sostenibles entre los estudiantes involucrando a los diversos integrantes de la comunidad educativa a fin de que las mismas sean replicadas en sus hogares.

Fulton Israel Perea, docente de Lengua Castellana de la sede principal señala que “en el ámbito educativo, los proyectos de huertas escolares y compostaje representan una oportunidad única para integrar el aprendizaje práctico con la enseñanza de conceptos clave en ciencias naturales. La implementación de una huerta y un sistema de compostaje en la sede central tienen como objetivo transformar la forma en que los estudiantes perciben y se relacionan con su entorno natural, al mismo tiempo que se promueve una cultura de sostenibilidad y se reduce la huella ecológica de la institución”.

La experiencia pedagógica integra las costumbres de los pueblos afro e indígenas rescatando sus saberes tradicionales sobre la agricultura, el manejo sostenible del suelo y el aprovechamiento de los recursos naturales promoviendo un intercambio de conocimientos entre generaciones y culturalmente significativos.

“Conocer sobre los métodos de siembra de nuestros ancestros, las siembra según las fases de la luna, así como las técnicas de rotación de cultivos, el uso de abonos naturales y la siembra en asociación que mejora el crecimiento y la salud de los cultivos, adicional al aprendizaje sobre los beneficios de las plantas medicinales evidencian un valor cultural significativo en nuestra apuesta académica”, explica el maestro de matemáticas Ludick Keil Asprilla.

La siembra de quinua, maíz, ají, plátano, yuca además de hierbas medicinales y alimenticias fomentan el aprendizaje sobre la botánica posibilitando que estudiantes, familias, docentes y directivos docentes se relacionen con la herencia del litoral pacífico. De igual manera,  el reciclaje de materiales orgánicos y la preparación de abonos naturales son prácticas tradicionales de las culturas predecesoras que se integran a las prácticas sostenibles.

“El proyecto de huerta escolar y compostaje puede convertirse en un vehículo para promover la soberanía alimentaria y la autonomía cultural, temas centrales para las comunidades afro e indígenas, que cobran cada vez más relevancia dados los desafíos de la modernidad y la globalización” concluye el docente Roger Pérez Bernal.

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