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Una amplia sonrisa, un gesto amable y un abrazo fraterno son suficientes para que turistas nacionales y extranjeros adquieran el ‘Pasaporte al sabor’ que expiden los caleños en el XVIII Festival Mundial de Salsa 2023, que se adelanta del 4 al 8 de octubre en las instalaciones del Coliseo El Pueblo en la capital vallecaucana.

No hay torre de Babel. La amabilidad es el idioma universal que están hablando los visitantes de 18 países, entre los que figuran Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Inglaterra, Irlanda, Italia, Japón, México, Panamá, Rumania, Suiza y Venezuela.

Dichosos deambulan por la Unidad Deportiva Alberto Galindo los representantes de las 181 escuelas de baile, 16 orquestas, 2.150 artistas locales, 2.070 nacionales, 532 internacionales, lo mismo que los propietarios de los 10 stand de emprendimientos, los 5 masterclass internacionales y quienes manejan el museo interactivo en el que está la historia del Mundial en sus 18 años de existencia.

Jonas Vonarburg, de Suiza, entrena su baile hace 5 años y llegó hace 15 días a Cali para entrenar con profesores caleños y está que no se cambia por nadie. “Todo aquí es muy bonito. Estoy feliz con mis profesores y mis compañeros bailarines. Pero lo que más me sorprendió fue ver al público tan amable. Me abrazan, me aplauden y hasta se toman fotos conmigo. Es el mejor público del mundo”.

Rosa Yare viajó desde Venezuela para acompañar a su hija Camila Linares, de la Academia Son Style, quien compite en la categoría de solista infantil. “Es la primera vez que vengo a Cali y me siento gratamente sorprendida por lo bien que nos han acogido. La organización ha sido muy buena y la ciudad es muy bonita”, anotó con el dedito pulgar hacia arriba.

Olga Lucía Ceballos llegó de Bogotá con el Grupo Artístico Institucional de Danzas de la Universidad Nacional y muy emocionada, anotó: “Este Mundial está espectacular. La oportunidad que se les da a estos jóvenes talentos es única para que desarrollen ese potencial que tienen. Los caleños han sido muy amables. Desde que llegamos han estado muy pendientes de nosotros. Nos hemos sentido como en casa”.

Y Jorge Bello -músico chileno- manifestó que es muy cierto eso de ‘Legado salsero de corazón’ que se promueve en Cali, porque allá en su país consigue discos no tan coleccionables y en mal estado; mientras que aquí en una sola canasta encontró vinilos que nunca jamás había encontrado en su vida. “En Cali tienen el verdadero legado de la música. Por algo es la capital mundial de la salsa. Es una ciudad muy musical y como músico, quiero entender los temas que se escuchan y cómo es que bailan los caleños”.

No era necesario seguir preguntando. En los rostros y las expresiones de todos los asistentes al Coliseo El Pueblo se siente que el corazón salsero palpita en Cali, que eso se lleva en la sangre y se contagia. De allí que no es raro ver desde el más pequeño hasta el más grande moviéndose con soltura; esa misma soltura que ya contagió a los extranjeros