Cali tiene alrededor de 300 mil árboles, de los cuales entre el 5 % y el 8 % está propenso a volcamiento o desprendimiento de ramas. Las causas son principalmente longevidad, malas condiciones fitosanitarias y emplazamientos inadecuados, es decir, siembras mal realizadas en espacios que no ofrecen condiciones adecuadas para el desarrollo radicular y la adherencia del árbol al suelo.
La temporada invernal es una amenaza y se da la la necesidad de fortalecer la cobertura verde con mantenimiento de los existentes y siembra de 700 mil nuevos árboles, por lo que el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente – Dagma se encuentra ajustando el Plan de Silvicultura Urbana PSU, que reafirma las funciones de atención a cargo del operador de aseo de la zona y en cuanto a ramificaciones o árboles que están en conflicto o interferencia con el cableado eléctrico, donde la competencia es directamente de la empresa de energía Emcali.
Los árboles -en cualquier espacio del entorno urbano- son susceptibles a diversas afectaciones provenientes de factores externos como la acción de los seres humanos, elementos climáticos o la presencia de plagas. Por ello, el Grupo de Gestión de Flora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente adelanta los diagnósticos a los árboles enfermos y que deben ser removidos y son los operadores de aseo quienes se hacen cargo de las podas.
En la mayoría de los casos es el comportamiento en el entorno urbano el que lleva a la pérdida de vitalidad de los árboles o a estar en esquema de gestión de riesgo, tales situaciones se dan cuando sus raíces son alteradas por proyectos de infraestructura de andenes o de vías o también por el intercambio eco sistémico natural entre aves y árboles u otros insectos que cohabitan en ellos.
En promedio cada año se realiza la intervención definitiva de 55 árboles por comuna y para evitar que la ciudad presente un mayor déficit de cobertura vegetal, el Dagma tiene un plan de compensaciones y adelanta labores de reposición acorde al Plan de Silvicultura Urbana PSU, que es la guía para la implementación de nuevas siembras con criterios técnicos como por ejemplo: privilegiar especies del bosque seco tropical, tener en cuenta los diferentes tipos de espacio público ya sean zonas de andén, corredores viales, parques con infraestructura urbanística o zonas verdes abiertas.
Camilo Salamanca, Profesional del Grupo de Flora del Dagma, confirma que “estamos desarrollando un proyecto piloto de bosques urbanos buscando redensificar la cantidad de árboles en algunos espacios públicos de la ciudad, fortaleciéndolo mediante el trabajo comunitario y el reconocimiento de la arbolado como un ser vivo que nos brinda grandes beneficios”.
Así mismo cada propietario de bien inmueble esta cobijado por el Estatuto de Silvicultura, articulo 17, como responsable de los árboles en zona de andén y/o antejardín, situación que compromete a los ciudadanos a cuidar el sistema radicular y evitar construir sobre la base de su tallo por donde se alimentan sus raíces generando su deterioro.
Camilo Salamanca, Profesional del Grupo de Flora del Dagma, también afirma que: “las comunas donde se presentan la mayor cantidad de requerimientos para tala definitiva por petición de la comunidad, son las comunas 2, 19, 17, 8 y 5, pero no todos los árboles son autorizados para este tipo de intervención porque la prioridad es salvaguardar la sobrevivencia del arbolado urbano”.
Al final del año 2023 la ciudad espera contar con 100.000 árboles nuevos pero estas labores de siembra deben ser siempre acompañadas por profesionales para registrar cada uno de los árboles y escoger la especie adecuada para cada sitio, así se evitan futuros inconvenientes.
La siembra de árboles está directamente relacionada al impacto en la huella de carbono que genera cada persona, por eso es importante llegar a un punto de equilibrio, no sólo sembrando árboles sino también reduciendo el consumo de bienes y haciendo labores de reciclaje, reutilización y re-uso de los bienes básicos.