Con estas palabras el alcalde de Santiago de Cali, Jorge Iván Ospina Gómez, dio apertura oficial a uno de los eventos más tradicionales de la Feria de Cali, el desfile del Carnaval de Cali Viejo.
“Este Carnaval lo es todo, es alegría, pasión, son nuestros artistas, es el folclor urbano, la cultura popular; es la manera como recreamos nuestra memoria. Es una plegaria por la vida,
son nuestras historias y personajes. Es la felicidad plena, es puro corazón”, expresó el burgomaestre.
Ospina remarcó que un proyecto de esta índole sólo es posible de fabricar por la inagotable fuente de creatividad que tiene nuestro pueblo, barrio adentro.
Describió al Cali Viejo como un escenario de folclor urbano; danza y cadencia; historia desde las locuras del ‘Loco Guerra’ y las picardías de Jovita; las mentiras de Riverita y lo que ofrecía Cuajada; la dramaturgia de Andrés Caicedo; y la diversión popular con los diablitos.
En ese momento, al mencionar a los diablitos del Carnaval, el mandatario evidenció su emoción y aprovechó para celebrar, desde el corazón del Cali Viejo, la estrella 15 del América de Cali, los ‘Diablos Rojos’. “Pongámosle puro corazón a la vida, porque ante la pandemia la cultura es vida”, sentenció el Alcalde de Cali.
Así se desarrolló el desfile del Carnaval
La primera en escena fue Jovita Feijóo, quien se mostró preocupada por encontrarse en esta época del año a una Cali con muy poca gente en las calles. Se sumó el ‘Loco’ Guerra, otro personaje icónico del Cali Viejo, también preocupado porque esas calles que recorre a diario pidiendo dinero no registran el movimiento masivo de fin de año.
Estas figuras le dieron paso a la Comparsa Corte del Rey, la antesala para que el Rey del Carnaval, César Martín Ojeda,leyera el edicto con el que oficialmente se aperturó el Carnaval: “Que caleños y caleñas se llenen de bacanería y le den paso a la alegría, la tristeza no tiene cabida porque somos Guardianes de Vida”, sentenció su majestad.
El turno fue para los Abanderados del Cali Viejo, a la cabeza del principal Kevin Mendoza, un muchacho del Distrito de Aguablanca que creció en un ambiente hostil, pero que gracias a la cultura y el arte se vacunó contra la violencia. Y no podía faltar la bendición del Padre Alfonso Hurtado Galvis, recordando que “nadie se duerme en Cali sin escuchar la voz del prójimo”. El sacerdote se topó en el camino con Jovita y el ‘Loco’ Guerra, que seguían preocupados por ver una Cali tan vacía, temor que se maximizó con la puesta en escena del Taller Teatral El Globo y sus Diablitos.
La apertura del Cuadro 2 ‘Cali Andino’ estuvo a cargo del popular ‘Yo Te Curo’, un médico con tintes de yerbatero que se hizo famoso vendiendo pócimas que, según decía, curaban todos los males. Una de estas, quizá la más famosa, fue ‘El Trueno’. Seguidamente vino la puesta en escena de la Fundación para la Promoción del Arte y la Cultura (Funproarc), inspirada en las creencias y los mitos de nuestros ancestros indígenas, muy similar en el tema ancestral a lo que mostraron los artistas de la Fundación Folclórica Suyay.
Fiel a la propuesta del ‘Cali Andino’ entró en escena la Corporación Murga Chamánica, liderada por el profesor Hernán Yepes y que le puso un toque de Carnaval de Blancos y Negros al ‘Cali Viejo’ con música, trajes, figuras y danza del sur colombiano, siendo secundados en el cierre de este bloque por la Fundación Cultural Nuna Kallpa.
El tercer Cuadro del Carnaval se inspiró en la temática ‘Cali Costumbres y Tradiciones’ y contó con una apertura a cargo del personaje ‘Cuajada’, famoso por su grito ronco vendiendo helados en el estadio y diferentes sectores de la ciudad. Esa característica de ‘Cuajada’ quedó en el foco de las figuras del Caliwood (Luis Ospina, Carlos Mayolo, Andrés Caicedo y ‘La Rata’ Carvajal) que le hicieron película al famoso heladero. Un ángel intervino en la musa de los locos del Caliwood y le habló al oído a Andrés Caicedo, tal vez susurrándole uno que otro ‘angelito empantanado’.
Movidos por la música de Guayacán y el ‘Oiga, Mire, Vea’, llenaron de colores el escenario los artistas de la Compañía Artística Estímulo. De la salsa se pasó al ímpetu de la raza negra con la Asociación Cultural Palenque, bailando mapalé y rindiéndole tributo al coco. Luego, la Fundación Cultural Caminos del Folclor inspiró la propuesta sacada de uno de los hábitos gastronómicos que más encanta a caleños y caleñas: comer fritanga. También ligado al tema de comidas típicas, la Asociación Cultural Terpsícore generó antojo con una coreografía llena de color y olor denominada ‘Mirá vé, acá comemos pam’. Y no podía faltar el tributo a esos mecatos que identifican la caleñidad y que se escriben con ‘Ch’: champús, cholado, chontaduro y choclo, a cargo de los artistas de la Fundación Cultural Raíces de Colombia. Y en la misma línea, la Fundación Cultural Fun Kli bailó la danza del chontaduro. El colofón de este bloque tres estuvo a cargo de la Fundación Artística Construarte, con una puesta en escena llena de gatas, hadas, mariposas y árboles, como un preámbulo de la temática ambientalista.
El Cuadro ‘Cali Ecológico’ se abrió con la interpretación de Hernando Tejada ‘Tejadita’, maestro de la pintura y las artes plásticas y quien se hizo famoso con las esculturas de gatos y gatas que hoy contrastan con la magia natural del río Cali. La propuesta de la Comparsa Hijos del Cóndor del Instituto Popular de Cultura estuvo precisamente dedicada a esas inspiraciones de ‘Tejadita’, con expresiones felinas mezcladas con los éxitos salseros más recordados por la caleñidad. Y a propósito de éxitos inolvidables, entraron en escena dos figura internacionales de la salsa caleña: Piper Pimienta y el maestro Jairo Varela, acompañados por la belleza y elegancia de la Reina Jovita. Juntos ‘pintaron de color el día’ y le dieron paso a la propuesta artística ‘Cali Real’ de la Corporación Casa Naranja con mariposas y hadas gigantes en zancos.
Turno para la Compañía Artística África Urbana con un ‘melao de caña’ de sabor vallecaucano, seguidos por una ‘fiesta de los guayacanes’ interpretada por los artistas de Fun-Encultura. ‘Tropicali’ se tituló el trabajo mostrado por la Fundación Carmen López Mosquera con danzas alusivas a la fauna y flora de nuestra casa común. El Grupo de Teatro La Odisea mostró los estragos de la deforestación que impacta y destruye los ecosistemas. El cierre tuvo un toque de carnaval de Río de Janeiro, con la presentación de la Comparsa Artística Unidanza, y un aperitivo de la propuesta africana del siguiente bloque a cargo de la la Fundación Ballet Folclórico Tierra de Mil Colores.
El último bloque del Carnaval del Cali Viejo se denominó ‘Cali al ritmo del Tambor’ y fue aperturado por nada más y nadie menos que el personaje de Petronio Álvarez. La Asociación Artística y Cultural Juventud 2000 se movió con tambores y en una danza de raíces africanas que rugió en el escenario con la fuerza del león. También inspirados desde el continente negro, saltó al escenario la Asociación Cultural Latir Folklórico y, seguidamente, la Asociación Grupo Cultural Herencia Africana y su propuesta titulada ‘Cali con sabor afro que apasiona’.
Luego y como hormigas, sincronizados y danzando a todo ritmo, se tomaron el escenario los artistas de la Fundación Cultural Los Bosques de Morga. El siguiente turno fue para la temática ‘Nuestra Cali: belleza, tradición y folclor’, a cargo de la Fundación Artística y Cultural Senderos de Colombia. Vino la propuesta de la Asociación Cultural Juventud Unida Asocuju, con muchos rostros alegres, bailarines en zancos, banderas y vestidos con colorido impactante. El contenido africano y del Pacífico tuvo su último exponente con un ‘Cali, cielo de culturas’, a través de la Comparsa Asociación Cultural Mi Raza: Música y Danza.
Y la ‘cereza del postre’ del Carnaval del ‘Cali Viejo’ congregó a sus personajes de antaño en pleno, siempre con el liderazgo de Jovita y reiterando que estamos en la ‘Sucursal del Cielo’. “Todos los personajes se pueden ir al cielo. Hasta una próxima producción. Queda”, sentenció Andrés Caicedo, referente del Caliwood. Y como la vida es un carnaval, el colofón tuvo un alto contenido de inclusión, maximizado en escenario por los artistas de la cultura del transformismo pertenecientes a la Fundación Casa Houston.