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En el camposanto se encuentran las memorias de eventos y personas que marcaron la historia de la ciudad.

Ubicado en el centro norte de la ciudad, el Cementerio Central de Cali no solo es un lugar de descanso eterno, sino también un punto clave en la historia urbana y cultural de la capital vallecaucana. Según el historiador Ricardo Realpe, este espacio tiene una profunda carga simbólica y patrimonial, pues su origen se remonta a mediados del siglo XIX y se levanta sobre un territorio con raíces aún más antiguas.

“El cementerio fue oficialmente instalado en este punto en 1852, en lo que sería la tercera ubicación del cementerio católico, pues la primera fue en donde hoy está la Plaza Cayzedo y la segunda en el actual Parque de San Nicolás ”, explicó Realpe.

Sin embargo, antes de su establecimiento, este terreno tenía otra connotación histórica: fue el antiguo asentamiento indígena conocido como San Diego de Alcalá de Yanaconas. “En 1778 se dio el traslado de los indígenas yanaconas que habitaban aquí, y varias décadas después se destinó el lugar para el camposanto”, añadió el historiador.

La historia arquitectónica del Cementerio Central también es digna de mención. Fray Damián González promovió a finales del siglo XIX importantes mejoras, entre ellas la instalación de una reja perimetral. Posteriormente, en 1936, esas rejas fueron reemplazadas por otras que eran las que resguardaban a la Plaza Cayzedo. Asimismo, el ingeniero Emilio Sardi realizó adecuaciones en 1910 que permitieron la construcción de la iglesia ubicada en el centro del cementerio.

Uno de los eventos más impactantes ocurrió en 1956, cuando la tragedia del 7 de agosto dejó su huella en el camposanto. “Uno de los motores de la explosión cayó justo detrás de la iglesia y la destruyó”, relató Realpe, subrayando cómo este lugar ha sido testigo de momentos determinantes para Cali.

Asimismo, el Cementerio sufrió multiples daños por aquella explosión, incluso, muchos de los cuerpos que resguardaban salieron a la luz debido a la onda de choque. Hoy en día, este camposanto resguarda miles de restos de aquella tragedia teniendo en su parte posterior un santuario que brinda memoria a las personas que perdieron la vida ese día.

También dentro de sus instlaciones se pueden encontrar tumbas y mausoleos de personas que marcaron a la historia caleña, como la de Jovita Feijóo, Adolfo Aristizábal y de importantes empresarios que ayudaron a construir la Cali de hoy.

En la actualidad, el Cementerio Central, el cual es administrado por la Arquidiócesis de Cali, continúa siendo no solo un lugar de recogimiento espiritual, sino también un archivo vivo donde descansan numerosos personajes ilustres de la historia caleña. Su valor patrimonial y cultural lo convierte en una parada obligada para quienes desean entender la memoria profunda de la ciudad.

 

Julián Trujillo

Oficina de Comunicaciones

Alcaldía de Santiago de Cali