En medio del sol de la mañana en las calles de la Comuna 15, un rincón de la ciudad de Cali que ha sido escenario de violencia, se está escribiendo una nueva historia donde se busca promover la sana convivencia a través del «Torneo de Banquitas por la Cultura Ciudadana», de la mano de los jóvenes que ven el fútbol como una pasión de vida.
Cuatro equipos de diferentes barrios de esta zona se enfrentaron este fin de semana en su primera jornada de eliminatoria, donde los equipos Bulevar y Nuevo Latir clasificaron para jugar la gran final el 30 de septiembre en Comuneros 1, como parte de la Semana de la Cultura Ciudadana, organizada por la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana en colaboración con la Secretaría de Gobierno y líderes del sector.
Así lo afirmó Jonathan Bernal, líder del equipo de Mesas de Cultura Ciudadana: «Trabajamos con líderes en los territorios y buscamos identificar las problemáticas y, a raíz de eso, miramos la forma de cómo solucionarlas. En esta comuna hemos identificado que los jóvenes, debido al tipo de población que hay y a las dificultades de tipo económico, social y política, tienen muy pocas oportunidades, y es ahí donde los han buscado para realizar actividades ilícitas. La idea es desviarlos de los malos caminos».
Desde sus inicios, este torneo ha sido mucho más que una simple competencia deportiva. Aquí, el objetivo principal es utilizar el deporte como una herramienta para inculcar valores de respeto, compañerismo y juego limpio en este sector prioritario de la ciudad en términos de intervención social.
Así lo recalcó Yury Paola Molina Córdoba, subsecretaria de Prevención y Cultura Ciudadana. Estas iniciativas contribuyen a hacer pedagogía para tratar pacíficamente con la juventud de la zona. «Nos acompañan jóvenes entre las edades de 12 a 15 años que apuestan por la sana convivencia en estos entornos, donde se pueda transformar territorios».
El juego limpio, el respeto por el otro y el compañerismo son los pilares fundamentales sobre los que se construye este torneo. Cada falta, cada discusión, es una oportunidad para enseñar a los deportistas la importancia de la tolerancia y el diálogo, habilidades cruciales en la construcción de un territorio que apuesta por la convivencia pacífica.
Los jugadores Edwin López, Luis Ángulo y Miguel Cabal sueñan con un futuro promisorio, con sacar adelante a sus familias y ser ejemplos para su comunidad. Con esta convicción, se unieron al Atlético Aguablanca, un club deportivo donde, a través del fútbol, le meten goles a la vida.
Cabal, de 13 años, quiere seguir los pasos de su primo Juan David, quien actualmente juega en un club de fútbol en Italia y se ha convertido en su modelo a seguir. «La pasión que me inspira el fútbol es poder jugar con mis compañeros, y sé que esto puede ser un trabajo. Yo siento que es una escapatoria de todos los problemas que nos rodean; también es una actividad recreativa que nos permite disfrutar y compartir».
Además, invitó a sus compañeros a que no dejen de perseguir sus sueños y que siempre lo intenten, ya que el fútbol es una buena forma de jugar y de vivir la vida.