Siendo las 9:00 de una soleada mañana comenzó el viaje hacia el Hospital Geriátrico y Ancianato San Miguel. Me encontraba en el Centro para Personas Mayores, para abordar la camioneta van con un compañero del Eje de Protección Integral, de la Secretaría de Bienestar Social de Cali.
Recorriendo las pintorescas calles el barrio Terrón Colorado llegamos a una linda casa con flores color lila, donde recogimos a Dominga Solarte, una mujer de 86 años con expresivos ojos y gran corazón, quien no tuvo hijos, pero si un compañero de vida a quien amo inmensamente y quien lastimosamente falleció hace 4 meses dejándola sin red familiar. Ante este suceso, la dueña de la habitación donde vivía Dominga realizó la gestión para que fuese admitida en el hogar geriátrico y asegurara así, un lugar donde vivir y el sustento diario, porque era la comunidad la que le colaboraba con los alimentos.
Mientras ayudábamos a Dominga a terminar de empacar y subir a la van sus pocos enseres se sentía en el ambiente una gran nostalgia, pero también alivio y agradecimiento por la gestión cumplida por la dueña de la habitación, por el tiempo compartido y las experiencias vividas durante 4 años en ese lugar. En el corto recorrido por las desgastadas escaleras de la casa hacia la van se podía observar a los vecinos en las puertas despidiéndose de La Abuela, como la llaman con gran cariño.
En medio de esta mezcla de emociones Dominga, con una amplia sonrisa, agradecía mientras nos contaba lo feliz que se sentía yendo a un lugar donde podría conocer a más personas y hacer nuevos amigos. “Lo que más me gusta es que hay una capilla donde podré orarle a Dios en gratitud”, dijo.
Luego de recoger a nuestra primera pasajera, nos dirigimos al barrio Bretaña, donde nos encontraríamos con Mario de Jesús González, el siguiente compañero en este viaje.
A las 10:30 am llegamos a la dirección acordada y ahí estaba él, un ebanista de profesión, oriundo de Medellín y quien llegó a nuestra ciudad hace 14 años. Debido a su avanzada edad, con una deficiencia auditiva y carente de una red familiar que pudiera ayudarle decidió acudir, personalmente, al Centro para Personas Mayores y solicitar la acogida en el hogar geriátrico.
Ya en la van, con su cajita de ropa y sofocado por el calor extenuante de nuestra amada Cali, El Paisa, como es llamado por sus vecinos, mencionó lo tranquilo que se sentía recibiendo este beneficio del Distrito caleño, porque se acababa el hambre y demás angustias que le causaba la vida en la calle.
Continuando el recorrido con nuestros dos pasajeros a bordo, Andrés Cortez, funcionario del Eje, les explicaba el proceso a realizarse a partir del momento. El ambiente era nostálgico porque, como dijeron ellos entre risas y chanzas, llevaban una única maleta donde cargaban sus años de recuerdos y vivencias.
Finalizado el emotivo itinerario llegamos a San Miguel y al bajarse de la van El Paisa exclamó: “¡Qué lugar tan grande y elegante, ojalá haya muchos libros para leer!”. Mientras tanto, sin decir nada, a Dominga se le deslizaba por su mejilla una pequeña lágrima de felicidad.
Historias de vida como las de Dominga y Mario encuentran los funcionarios del Eje de Protección Integral, del Programa de Atención a Personas Mayores, quienes tienen la responsabilidad de realizar estos recorridos llenos de emotividad y nostalgia.
Gracias al programa, estas personas son trasladadas e instaladas para su estancia en el Hospital Geriátrico y Ancianato San Miguel, un beneficio que se brinda a los mayores que están en situación de riesgo psicosocial y sin red familiar que les pueda brindar el apoyo, los cuidados y la compañía necesaria para cada uno de ellos.
Es importante tener en la cuenta que, para acceder a este programa, el equipo de profesionales que velan por el cuidado y la protección de esta población realiza una serie de visitas en compañía de diferentes entes que van a conocer las condiciones de vida de la persona para evaluar y validar si es apta para recibir este beneficio.
La Administración Distrital, a través de la Secretaría de Bienestar Social, está comprometida con el mejoramiento de la calidad de vida de la población mayor hasta sus últimos días, en el marco de experiencias de plenitud y amor.