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La siembra de especies que producen o segregan sustancias como miel, polen y/o resinas (melíferas), contribuyen al aumento en la floración y redundan en el enlucimiento de la ciudad.

Además, incrementan la producción de frutos y semillas y mejoran la salud mental y ambiental en el territorio, dando como resultado la proliferación de especies polinizadoras como abejas, mariposas y colibríes.

La agricultura mundial necesita cada vez más de estos polinizadores para suministrar alimentos. Los cultivos que dependen de estos animales producen hoy un 300% más de cosecha que hace cinco décadas, por lo que la conservación de polinizadores es clave para el desarrollo económico y la generación de empleo en la región, de acuerdo al informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

La extinción de ellos, además de comprometer la salud, soberanía y seguridad alimentaria de los territorios como consecuencia de su pérdida de la capacidad para cultivar verduras, frutas o semillas, afecta el desarrollo de medicamentos, biocombustibles, fibras como el algodón o materiales de construcción como la madera.

La disminución de polinización natural está generando graves afectaciones a la economía y pérdidas de empleo en muchos países, como resultado de la disminución en la producción y la productividad agrícola y de las industrias auxiliares a este sector.

La Ingeniera Francy Restrepo Aparicio, directora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), aseguró que los polinizadores juegan un papel vital para la producción agrícola y alimentaria destacando el valor y el cuidado de la biología.

Para la directora de la autoridad ambiental caleña “La fauna polinizadora desempeña un rol irremplazable en la conservación de los ecosistemas. En sus diferentes grupos, todos aportan a la preservación y sustento de un sinnúmero de especies vegetales. La estrecha relación entre estos, permiten a su vez, que los seres humanos estemos provistos de recursos alimenticios, tierras fértiles, calidad de aire, recursos hídricos y materias primas para obras de construcción y tecnología”

Agregó que: “más de cuatro mil variedades vegetales existen gracias a la polinización de las abejas, entre las que se encuentran frutas y verduras como melones, sandías, calabazas, calabacines, almendras, manzanas, peras, moras, albaricoques, melocotones, cerezas, aguacates, frambuesas, pepinos, fresas, kiwis, girasoles, habas, colza, soja y algodón. La fina trama alimenticia está sustentada en gran parte por estos invertebrados. Sin ellos el paisaje sería otro: los sonidos, los olores, los colores y las formas de la naturaleza cambiarían”.

La alcaldía de Santiago de Cali, a través del Dagma, emprendió desde hace meses la reforestación y ajardinamiento de las zonas verdes con especies melíferas, las cuales han contribuido al repoblamiento de polinizadores en nuestro territorio, la última de esta intervenciones la desarrolló la autoridad ambiental, en el predio donde se está construyendo el Parque Ambiental Corazón de Pance, donde los técnicos plantaron un jardín de 4.200 metros cuadrados con más de 21 mil plantas en forma de laberinto, donde además de adornar este parque ambiental, contribuye a la conservación y preservación del patrimonio natural de la ciudad.